"¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. "
Jefe indio Seattle de la tribu Suwamish, 1855. Carta al presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce en respuesta a la oferta de compra de las tierras de los Suwamish.
Estas palabras de Seattle están, pese a lo que penséis, más vivas que nunca. El sistema de libre mercado no sólo se centra en acciones de empresas, también echa sus garras sobre lo que la naturaleza nos ha entregado libremente. Así, la tierra y los alimentos que nos da, el aire y el agua son ya materias que cotizan en bolsa y pasan de mano en mano en el diabólico juego del capitalismo.
Quizá para vosotros éste sea un sistema justo, que da a cada uno lo que merece y fomenta una sana competencia que hace crecer a las economías. Vivís en un sueño. Tomad la pastilla roja, si os atrevéis, y seguidme por los más macabros intersticios del neoliberalismo.
No es casualidad que esta gota de agua haya formado algo parecido a un hongo atómico, es casi una profecía.
El agua como valor comercial y la tercera guerra mundial
Si, aunque os parezca imposible, el agua tiene dueños. Pero no sólo la de los ríos, acuíferos o lagos, incluso en algunos países está privatizando hasta el agua de la lluvia. No es broma, en Bolivia en el año 2000 se privatizó todo el agua, se le subió el precio y se prohibió la recolección del agua de la lluvia y su consumo. En algunos estados de USA, incluyendo Utah, Washington y Colorado, desde hace mucho tiempo están fuera de la ley las personas que recogen agua de lluvia en sus propias propiedades, ya que, según funcionarios, la lluvia pertenece a otra persona.
Es casi imposible concebir a una persona en el mundo que no conozca Pepsi o Coca Cola. Hace 50 años nadie pensó que dos grandes productoras y distribuidoras de refrescos aprovecharían la privatización del agua para adueñarse de sus recursos acuíferos. Controlar las reservas del agua exime a estas compañías de pagar por el agua que utilizan para la producción, abarata sus productos y les permite controlar los precios del mercado. Además, les abre la puerta a un negocio en expansión: la venta de agua embotellada.
Pero no sólo es ese negocio el que interesa del agua. El ex infiltrado de la CIA, John Perkins, denuncia en Confesiones de un economista-asesino a sueldo que multinacionales como Bechtel (la compañía estadounidense de agua más importante) "convencen" a los gobiernos de países endeudados para invertir en infraestructuras que ellas construyen.
La Organizacion Mundial del Commercio, la banca multilateral y las Instituciones Financieras Internacionales (IFI's) como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), son los ejes fundamentales que estan poniendo al vital liquido en las manos de las empresas y especuladores a nivel mundial.
Bechtel y Monsanto, dos empresas de los Estados Unidos, buscan privatizar y controlar el agua en varios paises, tales como India, Bolivia y Mexico.
Las empresas Vivendi y Suez se están adueñando del agua en el mundo y controlan el acceso al agua potable de más de 100 millones de personas en el planeta.
El avance en su salvaje privatizacion pretende poner en pocas manos la vida de miles de millones de personas.
En Argentina y Chile ya se han privatizado muchos ríos para uso exclusivo de las grandes corporaciones transnacionales. El Banco Mundial obligó a Bolivia a privatizar su sistema de agua que fue comprada con corruptelas por la empresa de los Estados Unidos, Bechtel, quien se encargó del sistema de agua de la ciudad de Cochabamba. Inmediatamente después que la Bechtel tomó control del sistema, el acceso al agua disminuyó y los precios subieron 40%. Pero luego, el pueblo por medio de su resistencia y organización recuperó el sistema de agua potable.
En la ultima década los gobiernos han ido privatizando el acceso al servicio de agua, alcantarillado, limpieza, exportación y tecnología relacionados con el agua. En el año 2000, el FMI obligó a la privatización del agua de 16 países subdesarrollados. Entre estos países estuvieron Angola, Benin, Guinea-Bissau, Honduras, Nicaragua, Nigeria, Panamá, Ruanda, Santo Tomas y Príncipe, Senegal, Tanzania y Yemen.
La utilización del agua afecta las relaciones dentro y fuera de las naciones; entre poblaciones rurales y urbanas; entre intereses río arriba y río abajo; entre los sectores agrícola, industrial y doméstico; y entre las necesidades humanas y los requisitos de un medio ambiente sano. Es por ello que el agua dulce será el motivo de muchas guerras en el mundo por disputarse su acceso y control. Esto no es nuevo. Hace 4,500 años las Ciudades-Estados Sumerios de Lagash y Umma negociaron para dar fin a su confrontación por el agua del río Tigris.
Entre 1948 y 2000 se registraron 507 conflictos de los cuales 37 fueron violentos, 21 con intervenciones militares y 30 han sido protagonizados por Israel y sus vecinos. Se han registrado guerras y conflictos de diversa índole en Israel, Jordania, Siria, Palestina, Egipto, Yemen, Irak, Kuwait. Estados Unidos también le disputa el agua a México y lo hace en la Triple Frontera con Argentina, Uruguay y Paraguay. También hay conflictos en las cuencas del Mar Aral, Jordán, Nilo y Tigris-Eufrates. Pero de seguir la tendencia, podremos encontrar en un futuro conflictos en torno a los ríos Lempa, Bravo, Ganges, Kunene, Rio de la Plata, Mekong, Orange, Senegal, Tumen, Zambeza, Limpopo, Han, Incomati, Usumacinta, Lago Chad, entre otros. Actualmente se calculan que existen 640 conflictos serios por el acceso al agua en todo el mundo.
Posibilidades de una tercera guerra mundial por el agua, todas. Pero no será esa guerra apocalíptica que muchos piensan, será un compendio de guerras territoriales e incluso civiles. La mecha está encendida, en cuanto se explote el primer gran conflicto ( quién sabe, tal vez India contra Paquistán por la desaparición de los glaciares que alimentan el Indo, con la consecuente reducción de su caudal ),los demás están sevidos.
Pero voy a explicaros como mentalizaros, si habéis llegado hasta aquí y ya habéis tomado la pastilla roja:
La destrucción de los recursos hídricos y los bosques de las cuencas y los acuíferos es una forma de terrorismo. Negar el acceso de los pobres al agua mediante la privatización de la distribución del agua o la contaminación de pozos y ríos también es terrorismo. En el contexto ecológico de guerras por el agua, los terroristas no son sólo los que se esconden en las cuevas de Afganistán. Algunos se esconden en las salas de juntas corporativas y detrás de las reglas de libre comercio de la OMC, Tratado de Libre Comercio (AFTA), y el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Ellos se esconden detrás de las condiciones de privatización del FMI y el Banco Mundial. Al negarse a firmar el (protocolo de Kyoto, el presidente Bush está cometiendo un acto de terrorismo ecológico en numerosas comunidades, que pueden muy bien ser borradas de la tierra por el calentamiento global. En Seattle, la OMC se denominó la "Organización Mundial de terroristas" por los manifestantes, porque sus normas están negando a millones de personas el derecho a un medio de vida sostenible.
La codicia y la apropiación de la cuota de los demás de valiosos recursos del planeta están en la raíz de los conflictos, y la raíz del terrorismo. Cuando el presidente Bush y el primer ministro Tony Blair anunciaron que el objetivo de la guerra global contra el terrorismo es la defensa de la "forma de vida" de los Estados Unidos y Europa, se declara una guerra por los los recursos del planeta: petróleo, agua, biodiversidad. Una forma de vida para el 20 por ciento de la gente de la tierra - que utiliza el 80 por ciento de los recursos del planeta - que va a despojar a un 80 por ciento de su población de su cuota justa de los recursos y, finalmente, destruir el planeta. No podemos sobrevivir como especie, si la codicia es la privilegiada y protegida, y la economía de los codiciosos establece las reglas de cómo vivimos y morimos.
La "ecología de terror" nos muestra el camino hacia la paz. La paz está en alimentar la democracia ecológica y económica y fomentar la diversidad. La democracia no es simplemente un ritual electoral, sino el poder de la gente para dar forma a su destino, determinar cómo sus recursos naturales se utilizan, cómo se apaga su sed, como se producen sus alimentos y son distribuidos, y que sistemas de salud y educación se quieren tener.
El mercado es ciego a los límites ecológicos establecidos por el ciclo del agua y los límites económicos establecidos por la pobreza. La sobreexplotación del agua y la alteración del ciclo del agua crean una escasez absoluta de que los mercados no pueden sustituir con otros productos. El supuesto de la sustitución es de hecho fundamental para la lógica de la mercantilización. Todo es sustituible en una economía de mercado. Pero, chocamos con una realidad, el agua potable y el acceso libre, gratuito y universal a ella es imprescindible.
Si callamos somos cómplices. Si compramos les damos el arma. Si especulamos somos terroristas. En ésto se basa mi teoria de la "ecología del terror".
Espero que sigáis ahí, pues esto es sólo el principio. Pero aún estáis a tiempo de volver al nido, acurrucaros cómodamente y soñar con que lo que os he contado es sólo una pesadilla. Pero si habéis llegado hasta aquí es porque ya habéis tomado la pastilla roja...
FUENTE: http://atlante-nachel-iii.blog.com.es/2011/02/17/teoria-de-ecologia-del-terror-1-el-agua-10617153/
BLOG DEL AUTOR PATRONIO: http://patronio.blog.com.es/
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